Comentario Antiguo Testamento: 1 y 2 Samuel

Los dos libros de Samuel constituyen un escrito integrado por historias y cuentos, y sucede que ¡las historias y los cuentos son para leer! Un buen libro de cuentos puede retarnos o reconfortarnos, y también estimularnos o sosegarnos, ponernos alegres o provocar tristeza; pero por encima de todo, ha de ser siempre objeto de agradable lectura. Los libros de Samuel no son una excepción a la regla. Fueron escritos no como textos académicos, útiles tan sólo como material de análisis para expertos, sino como verdaderas narraciones aptas para la gente corriente, y nos ponen en antecedentes de la vida y la historia de Israel. Hablan mayoritariamente a través de historias.

Historias verdaderas, de gente real, en situaciones autenticas. Investigar estos libros es apasionante porque las historias en si son apasionantes y se nos llama a penetrar en su interior, esforzándonos por entenderlas, intentando conectar con la mentalidad y los sentimientos de personaje y narrador, descubriendo y experimentando a un Dios que obra. Nos maravillamos ante la sensibilidad y perspicacia de los autores. La maestría desplegada es impresionante. Como relatos, son sumaente apropiados para que el creyente entienda lo que significa creer, el israelita comprenda lo que es ser pueblo de Dios y los reyes asimilen lo que supone ser un monarca.

La autora Mary J. Evans nos ayuda a profundizar en este apasionante libro, presentándonos a los diferentes protagonistas del relato, enseñándonos a través de ellos y mostrándolos la forma de aplicar el libro de Samuel a nuestros días. Ya va siendo más que pasada la hora de que los libros de Samuel, junto con los demás libros históricos del Antiguo Testamento, salgan del olvido en la estantería polvorienta y cobren vida de nuevo en manos (y mentes y corazones) del lector común del siglo XXI.