No me avergüenzo

¿Qué será de la Iglesia en un mundo hostil?, pensó el abatido Timoteo. La respuesta de Pablo, escrita mientras afrontaba la muerte en prisión por causa de su fe, es inspiradora para todos nosotros. Martyn Lloyd Jones, con un detallado estudio de palabras, nos ruega que no perdamos la esperanza ante las dificultades e incertidumbres de la vida; en lugar de eso, se nos apremia a regocijarnos en el Evangelio, sabiendo que es buena noticia para todos.

Estos mensajes evangelísticos son en realidad sermones presentados a su congregación en Westminster Chapel, Londres, la primavera de 1964. Son once predicaciones basadas en un mismo texto que encontramos en la Segunda Carta que el apóstol Pablo escribe a Timoteo, capítulo 1, versículo 12: "Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé en quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día". Sobre esta grandiosa declaración el Doctor demuestra la verdad del cristianismo, que presenta como la única respuesta a los problemas del mundo. Todos estamos enfermos sin Dios, y necesitamos esta cura, que es la salvación que recibimos por medio de Cristo Jesús en la Cruz.